La Navidad ha terminado, y después de numerosas comidas, cenas y reuniones sociales ya no nos quedan ganas de seguir comiendo ni bebiendo nada. Pero aunque no quieras, la cesta que te dieron en el trabajo te mira con recelo. Cada año, empresas y comercios regalan cestas navideñas con diferentes productos en su interior. Muchos de ellos son consumidos o compartidos con los seres queridos, pero hay otros que se quedan allí eternamente esperando a que algún día nos apetezca cogerlos. El mejor ejemplo de ello son las botellas de alcohol. En cada cesta suele venir una botella de vino, otra de cava o champán e incluso una de ron o whiskey. Pero con tanta celebración no siempre encontramos el momento para abrirla y disfrutarla, y si lo hacemos, no la acabamos por completo. Esto nos lleva a tener numerosas botellas almacenadas en la despensa, abiertas o sin abrir, que aunque muchos no lo sepan, tienen fecha de caducidad y es muy importante tenerlo en cuenta. Es cierto que algunos alcoholes tienen una mayor resistencia al tiempo que otros. Por ejemplo, el ron y el whiskey cuentan con la capacidad de aguantar años y años siempre y cuando la botella esté cerrada, no obstante, no es de extrañar que si excedemos el tiempo de almacenaje el sabor de estos puede cambiar. Otros destilados como la ginebra o el tequila contienen un elevado grado de alcohol, por lo que se estropean con menos frecuencia. Pero es muy importante conservarlos de manera adecuada, en un espacio cerrado, fresco, seco y oscuro, para que no pierdan sus propiedades principales y mantengan el sabor con el paso del tiempo. Es fundamental saber que cuando una botella ha sido abierta, la conservación y el periodo de caducidad cambia por completo. Es importante cerrar el envase de manera hermética, ya que de lo contrario el producto podría evaporarse u oxidarse. Por ejemplo, en el caso de las cremas que contienen lácteos, deben ser guardadas en el refrigerador y tienen un plazo máximo de consumo de medio año. Por su parte, el vermut o los licores afrutados cuentan con altas cantidades de azúcar, por lo que el vencimiento del producto una vez abierto se acelerará notablemente. En el caso de la primera, puede conservarse hasta tres meses, pero se recomienda encarecidamente consultar las etiquetas para comprobar la fecha que recomienda el fabricante. Apúntate a nuestra newsletter y recibe en tu correo las mejores novedades para disfrutar al máximo del placer de comer.