2020. Diaporama. 18 minutos. Autor: Fernando Retolaza. Un viaje de montaña en un país extranjero y lejano implicaba mucha logística. Ahora, con las facilidades de comunicación y la experiencia de la gente en destino todo es mucho más fácil. Nepal es ideal. El país ofrece una diversidad cultural excepcional, gente amigable y muchas facilidades para visitar los innumerables valles y montañas. Centrándonos en los trekkings, el comienzo es por Katmandú, donde llegan todos los vuelos internacionales. Ya la capital y alrededores (Patan, Boudhanath, Bhaktapur, Passhupatinath, etc. ) merecen la pena y si levantamos la cabeza vemos la cadena de los Himalayas. La primera aproximación se hace en transporte terrestre, o avionetas a aeropuertos cercanos al inicio de los circuitos. Siempre lo primordial es elegir la temporada, lejos de los monzones, por lo que abril-mayo o en octubre-noviembre pueden ser las mejores opciones. Los más conocidos, Vuelta de los Annapurna, Santuario Annapurna, Campo Base Everest tienen las infraestructuras de lodges casi al completo . Otras rutas menos habituales, pero igual de recomendables, tienen las mínimas infraestructuras. Los caminos fáciles (cuidando el mal de altura) y los paisajes incomparables. La compañía de guías y porteadores, aunque la comunicación sea difícil, es de lo mejor del viaje. Hacen que sea muy agradable en todos los aspectos. Desde aquí un recuerdo a Devan, guía que nos ha acompañado en media docena de viajes, y que nos ha dejado este año, y otro a toda esa maravillosa gente que lo está pasando muy mal sin trabajo, con las fronteras cerradas a cuenta del covid19, después de haberse recuperado algo del terremoto del 2015. Namasté.