Europol avisa que el crimen organizado vive una carrera "armamentística digital" en contra de los gobiernos

Internet y la IA facilitan y aceleran las dinámicas del crimen organizado. Lejos de decrecer, la amenaza aumenta. Europol ha publicado este martes el SOCTA 2025, un informe que explora la evolución de la delincuencia y la criminalidad en la Unión Europea, y enfatiza en el espacio digital como uno de los mayores desafíos. La directora ejecutiva de Europol, Catherine De Bolle, ha asegurado durante la presentación del informe que se está viviendo una “carrera armamentística digital” que busca atacar individuos, gobiernos y empresas privadas. Una criminalidad que se vale, a menudo, de la inestabilidad geopolítica para ampliar su influencia, pero sus motivaciones económicas o ideológicas son cada vez más difusas. "El ADN del crimen organizado está cambiando. Las redes criminales se han convertido en empresas delictivas globales impulsadas por la tecnología, plataformas digitales, flujos financieros ilícitos e inestabilidad geopolítica para expandir su influencia. Son más adaptables y peligrosas que nunca", alertó De Bolle. Según el documento, el impacto en la sociedad es doble. La delincuencia online desestabiliza la sociedad europea a nivel económico y social, y aumentan las amenazas híbridas, es decir, aquellas acciones coordinadas y sincronizadas que buscan desestabilizar las vulnerabilidades de estados o instituciones. Los avances tecnológicos han favorecido un aumento en la sofisticación sin precedentes. Las estafas en línea y los ataques cibernéticos se han convertido en las principales amenazas. Desde fraudes de inversión, phishing, ransomware o robo de identidades. La IA es usada para automatizar ataques cibernéticos, que se han convertido en una nueva arma criminal. Se observan dinámicas de voice cloning o deepfakes usados para suplantar la identidad, o numerosos bots automatizados que generan ataques masivos de phishing. En aras de ocultar transacciones malévolas, la criminalidad se vale del uso de criptodivisas o criptomonedas, y todo ello provoca un crecimiento exponencial de las finanzas descentralizadas que, a su vez, dificultan la identificación de los criminales. Los grupos criminales y los actores de amenazas híbridas establecen alianzas estratégicas que les permiten aprovechar recursos, conocimientos y protección mutua. Aunque el incentivo económico es un factor determinante, su colaboración con estos actores va más allá de la mera obtención de ganancias. En algunos casos, ciertos Estados ofrecen refugios seguros a organizaciones delictivas a cambio de sus servicios, permitiéndoles operar sin restricciones legales. Además, utilizan a estas redes como intermediarios para evitar su implicación directa en actividades ilícitas, externalizando delitos como ciberataques, campañas de desinformación y lavado de dinero, lo que complica la identificación de los responsables. El tráfico de drogas sigue posicionándose a la cabeza del mercado criminal. La cocaína y sus nuevas rutas de tráfico son clave en Europa, y se observa, además, un aumento en la producción de drogas sintéticas y la llegada de nuevos opioides. También aumenta la violencia de estos grupos criminales. Ha crecido el uso de armas de fuego o explosivos, y se ha instaurado el “violence as a service” o “crime as a service”, es decir, sicarios contratados a través de la deep web. Preocupa, en este sentido, el reclutamiento de jóvenes a través, por ejemplo, de las redes sociales. A menudo, ciertos incidentes se evalúan inicialmente como sucesos aislados, como el sabotaje de infraestructuras críticas tales como suministros de agua o energía, incendios provocados o secuestros. Sin embargo, el documento advierte que existe la posibilidad de que estos incidentes sean ejecutados por redes criminales en nombre de actores de amenazas híbridas, como parte de un objetivo estratégico de desestabilización. En lugar de llevar a cabo un único ataque masivo, se generan varios para ampliar sus consecuencias. El informe se refiere a este modus operandi como el "pájaro carpintero”, siguiendo la metáfora de un pájaro que debilita al árbol a través de golpes repetitivos durante el tiempo. Las amenazas híbridas, de esta manera, generan acciones constantes de menor impacto pero que en su conjunto erosionan la estabilidad. La actividad criminal se basa a menudo de empresas legales para el blanqueo de dinero. Desde empresas fantasma hasta tapaderas, prolifera el fraude fiscal o el tráfico de mercancías ilegales. Algunos de los sectores más implicados en estas dinámicas son la construcción, la hostelería o el transporte. La crisis migratoria, en continuo aumento, también acarrea diversas escapatorias delincuenciales, como la falsedad documental. Del mismo modo, el blanqueo de dinero o el comercio de productos ilícitos sigue siendo motor de estos grupos criminales. Entre las propuestas estratégicas, EUROPOL pone énfasis en un esfuerzo en la cooperación entre Estados miembros y terceros, y subraya la necesidad de afianzas la colaboración con empresas tecnológicas. En este sentido, se propone la implantación de una regulación más estricta del entorno digital, de control de IA y hasta en las redes sociales. Al igual que los criminales se valen de los avances tecnológicos, puede revertirse su uso. La IA puede ser usada en la detección de patrones de crimen financiero, en la interpolación de bases de datos criminales a nivel internacional para mejorar la cooperación entre Estados. En definitiva, parece necesaria una mayor inversión en ciberseguridad para poder proteger las infraestructuras críticas.
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