Dentro del programa cultural de verano en Bergara. Banda formada como resultado de la unión de fuerzas de Oscar Avendaño (bajista de Siniestro Total,  excelente carrera en solitario) con Jorge Lorre y Rufus El Guarro ( Deadwood, Los Wavy Gravies, Family Folks y un larguísimo etcétera). Obviando lo cachondo del nombre del trío, su repertorio es un estupendo  muestrario de rock´n´roll desnudo, sin aditivos, para bailar hasta desfallecer.  The Bo Derek´s no inventan nada ni pretenden hacerlo. Lo suyo es rock´n´roll de sota, caballo, rey, ultradisfrutable.  A veces, en aras de una supuesta modernidad o sofisticación, nos desviamos de lo verdaderamente importante, las canciones. Eso es algo que afortunadamente no sucede aquí, porque las canciones son las protagonistas. Armados con una estructura de bajo, guitarra, batería y voz, se suceden los himnos. Composiciones con ritmo, gancho, riffs y letras que oscilan entre lo autobiográfico,  los homenajes a esa noches canallas que a uno se le van de las manos o ese demoledor dardo a lo vacuo de algunas vidas de pura y dura apariencia. Todo ello sazonado con fantásticas versiones de Mermelada o First I Look At The Purse, del gran Smokey Robinson, pasada por el tamiz de J. Geils Band. Canciones sin trampa ni cartón ejecutadas con pasión y cantadas desde las vísceras. No hay más, ni falta que hace. Como los grandes: sin mucho, logran mucho. “Old School R´n´R”. Pocas veces esta frase ha sido más cierta. Sus influencias se mueven entre los nombres más infalibles del rhythm and blues, como Bo Didley, Dr. Feelgood, Little Richard, The Bishops, The Devil Dogs o The Fleshtones, que ellos mismos citan, y a los que hasta añaden a un nombre legendario peninsular, Mermelada. Un power trío con denominación de origen Rías Baixas, más que dignos herederos de las viejas bandas, salpicando un consistente repertorio propio que está a la altura de todas esas célebres influencias. Es decir, enjundia musical. The Bo Derek's publicaron el año pasado su LP de debut "10", aclamado unánimemente por medios y público, ansiosos por dejar a un lado todas las moderneces vacías que nos acechan y con ganas de sumergirse en el "old school rock'n'roll" que estos malhechores facturan con energía y maestría a partes iguales. En este tiempo han hecho más kilómetros que en el París - Dakar, tocando en salas y festivales  y dejando exhausto y eufórico al público que ha tenido la suerte de cruzarse en su camino.  The Bo Derek's siguen en forma y lo vuelven a demostrar en cada concierto.