La sorpresa de Pilar Rubio en 'Maestros de la Costura'


         La sorpresa de Pilar Rubio en 'Maestros de la Costura'
Los realities de oficios siempre tienen un punto de lágrima, de tensión, de estrés. Pero el casting de Maestros de la Costura no se ha permitido sufrir de más. Han preferido hacer la piña del disfrute. La productora Shine Iberia es hábil logrando castings de famosos que se complementan entre sí e incluso rompen el patrón de gente habitual en la tele-realidad. Convencen a participar hasta alguno que parecía inconvencible. Sin embargo, con esta edición del programa de costureros ha ido por otros derroteros. A casi todos les conocíamos en estas tesituras televisivas, pero el ambiente conseguido ha propiciado asistir a una naturalidad entre cosido y descosido que no vemos bajo otros focos. Ya sabíamos que Pilar Rubio se preparaba mucho las pruebas a las que se enfrentaba en El Hormiguero. Vamos, que es altamente competitiva. También lo ha hecho en Maestros de la Costura, montándose un taller en su propia casa para entrenarse. Así, apuntaba a ser una de las más combativas del grupo. En cambio, la hemos apreciado más relajada que nunca en un plató. Incluso generosa a la hora de compartir su vida. Pilar Rubio en su mejor momento. Con la experiencia de los años, sin las composturas de la responsabilidad que va pensando con el paso del tiempo. Permitiéndose emocionarse. Con espontaneidad, y sin la sobreactuación hecha estridencia. Ella ha ganado el concurso antes incluso de llegar a la final. Todos han ganado el concurso, de hecho, pues este programa no mancha la imagen de nadie. Como mucho nos enseña el arte de la modista que ya no está en las casas como antaño. Qué importante es elegir bien al elenco de un talent de estas características. En el equilibrio pueden colarse tres que empujen a todos al mal rollo o pueden existir cuatro personas que siembren la alegría de la convivencia de principio a fin. Edu Soto, La Terremoto o Eduardo Casanova son el oficio de la tele, que saben que han venido a jugar no a sufrir. El propio Edu ha sido habilidoso sacando su humor que desengrasa lo que toca. En la semifinal, al enterarse de que había un expulsado a mitad de capítulo, ironizó con "¿pero el programa se cobra completo?". Y el programa lo monta. Porque ahí se teje la honestidad del espectáculo. En la que también crece Raquel Sánchez Silva y el jurado, Lorenzo Caprile, María Escoté y Palomo Spain. Las pasarelas nos muestran a menudo un mundo de apariencias estiradas, Maestros de la costura podía haberse quedado atascado ahí: en ese mundo de gente que tensa mucho el cuello. Por el contrario, la conjunción de casting, jurado y Raquel ha conseguido que el artificio del reality se sienta reunión de amigos. El más difícil todavía en tiempos en los que todos estamos resabiados de tele-realidad. Ellos, y nosotros.

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